jueves, 27 de mayo de 2010

La muerte del coro o por qué Glee es el peor estreno de este año


Prólogo:
Hace unos cuantos años, a la salida del instituto, le ofrecí a un amiga ir a ver Los chicos del coro, esa versión afrancesada y mariquita ( vaya con la redundancia) de Cinema Paradiso. Películas, ambas, que me encantan. Ella me dijo que sí, que tenía muchas ganas de verla, que había leído por Internet que era de un director de coro que se volvía loco y asesinaba a los niños uno a uno. Ojalá, pensé yo mientras rodaba por el suelo.




¿ Por qué Glee es el peor estreno de la temporada? Por muchos motivos.


Punto número 1: Es el mayor EPIC FAIL de la temporada. Más que Flashforward, más que Life Unexpected, más que V y más que Happy Town.


A Glee le ha pasado lo que a las series españolas. Se presentan como algo novedoso, un giro de tuerca, un soplo de aire fresco. Llega el piloto. Lo son. Llega el segundo episodio. Lo siguen siendo. Llega el tercero. Ya está. La serie transgresora se ha convertido para toda la familia. Yo a ésto lo llamo Serranazo. Y digo que Glee es el mayor Epic Fail precisamente porque arrancó con un piloto que nos vendió algo que, definitivamente, no es. Ya a partir del segundo episodio empezamos a ver cosas extrañas, pero seguía predominando lo que nos gustaba del piloto. Tras el (largo) parón, se convirtió finalmente, en la mierda que venía oliendo desde tiempo.

Punto número 2: La serie ha entrado en un bucle de repetición del tipo procedimental, pero sin ningún misterio a resolver. Esto lo he visto agravado tras el parón. La cosa es más o menos así:
- El episodio comienza con un conflicto en el despacho del director o en algún otro escenario de la escuela. Puede ser que Sue Sylvester quiere obligar a todo el mundo a bailar polka en los pasillos o que un miembro del glee club tiene que teñirse el pelo de rojo por exigencias del consejo escolar.
- Se reúnen todos en la clase de coro y están muy tristes y enfadados por el conflicto. Will, uno de los personajes más detestables de la televisión actual, les dice: Chicos, no os preocupéis. Esto lo vamos a solucionar cantando. Ya que han obligado a Rachel a teñirse el pelo de rojo, el tema de la semana es.. SIMPLY RED. Y todos tan contentos. Cantan una canción alegre.

- Pero hay alguien dentro del glee club que no está agusto con la asignación semanal porque tiene algún tipo de trauma que vemos en una trama secundaria. Canta una canción triste acompañado por el pianista barbudo.
- Todos se mienten. Cantan una canción.
- Finalmente, el conflicto se resuelve y el que tenía problemas con la asignación semanal termina por hacer el mejor papel en la canción final. Cantan la canción final que es SIEMPRE la más horrible del episodio.

Punto número 3: Los personajes se han hecho reales. Si había algo que me fascinaba de Glee era lo ridículo que resultaban todos los personajes. Ellos se tomaban sus tramas como una auténtica tragedia, pero nosotros, que lo veíamos desde fuera, no podíamos evitar reírnos de sus desgracias por lo absolutamente ridículo que resultaba todo. ¿Qué pasa ahora? Pues que todas las situaciones son dramáticas. Que ya no hay humor. Y esto deriva en un problema más gordo. Si al principio me hacía gracia que Rachel estuviera un día enamorada de Finn y al otro de Puck, ahora, como son personajes y tramas más serias, me resulta totalmente increíble ( en el sentido más literal de la palabra).



Punto número 4 ( y voy a ir terminando): Lejos de reconocer esta transformación, la serie sigue pensando de sí misma que son un producto distinto, original, transgresor y políticamente incorrecto. Vamos, tan políticamente incorrecto como que en las canciones de Lady Gaga sustituyen "bitch" por "thing" o que Madonna es la mejor letrista de la historia de la música.




Punto número 5: La música. En los primeros episodios había versiones realmente buenas. Los chicos cantan, en general bastante bien, pero ahora, definitivamente, veo el halo de American Idol en cada gesto de Puck y en cada lágrima forzada de Rachel. Todo empezó a oler bastante mal cuando se llevaron al cast de centro comercial en centro comcerial a firmar bragas y ipods.


Si he escrito todo esto ( y me he contenido, porque no hay que ser pesado en Internet) es porque Glee era sin duda, mi serie favorita de este año. Es más fácil escribir si algo no te gusta, pero creo que lo es muchísimo más si algo te decepciona hasta los límites que me ha decepcionado Glee.
Que la disfruten quienes la siguen entendiendo.


Prometo no ser tan incendiario la próxima vez.

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